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Decantar Vino, ¿cuándo y por qué es necesario?

Decantar Vino, ¿cuándo y por qué es necesario - Blog Cepas Noble

¿Decantar o no decantar? ¿Un ritual necesario para tu vino?

Seguro que alguna vez viste vertiendo vino en un recipiente elegante de cuello largo o  con formas sinuosas antes de servirlo. Ese recipiente se llama decantador, y aunque luce muy sofisticado, su uso tiene una razón de ser... pero siempre es necesario?

La decantación es un proceso que a menudo genera curiosidad y preguntas entre quienes se inician en el mundo del vino. ¿Es pura ceremonia o tiene una razón de ser?

¿Por qué decantar un vino? Dos propósitos principales

La decantación persigue fundamentalmente dos objetivos: separar los sedimentos que pueden aparecer en vinos tintos añejos y airear los vinos más jóvenes para despertar sus aromas y suavizar sus taninos.

En el caso de los vinos con varios años de guarda, es natural que se formen depósitos sólidos, resultado de la precipitación de pigmentos y taninos con el tiempo. Decantar permite servir un vino limpio y evitar una textura arenosa en boca.

Por otro lado, los vinos jóvenes, especialmente aquellos con taninos firmes y una estructura potente, se benefician del contacto con el oxígeno al ser decantados. Esta aireación ayuda a "abrir" el vino, liberando sus complejos aromas y haciéndolo más accesible y agradable al paladar.

¿Qué vinos se benefician de la decantación?

Generalmente, los vinos tintos con crianza, como un Cabernet Sauvignon o un Syrah de guarda, son candidatos ideales para la decantación, especialmente si tienen más de ocho o diez años. También algunos vinos tintos jóvenes y robustos pueden mejorar significativamente tras un breve periodo en el decantador.

Los vinos blancos y los vinos rosados rara vez se decantan, ya que la presencia de sedimentos es menos común y la aireación puede no ser beneficiosa para su delicadeza aromática.

El tiempo justo: clave para una decantación exitosa

No todos los vinos requieren el mismo tiempo de decantación. Un vino tinto joven y potente puede necesitar entre 30 minutos y una hora, mientras que un vino viejo y delicado podría requerir solo unos minutos antes de ser servido para evitar que sus aromas se disipen.

Un ritual con elegancia y propósito

Más allá de su función práctica, la decantación añade un toque de ceremonia y apreciación al acto de beber vino. Observar el líquido rubíno deslizarse lentamente hacia el decantador es casi un preludio a la experiencia sensorial que está por venir.

Así que la próxima vez que tengan una botella especial en sus manos, consideren si la decantación podría realzar aún más su disfrute. 

Entonces, ¿vale la pena tener un decantador?

Sí, pero con criterio. No hace falta usarlo en cada ocasión. Un decantador es una herramienta útil si disfrutas explorar vinos más estructurados o con guarda. Pero para un vino diario o fresco, mejor abrir, servir y brindar sin complicarse.

Consejo final: Si no tienes un decantador, una jarra limpia también sirve. Lo importante es el propósito, no el protocolo.

En Cepas Nobles creemos que el vino se disfruta sin reglas estrictas, pero con un poco de conocimiento, cada copa puede ser aún mejor. Celebremos cada detalle que enriquece la experiencia del vino. ¡Salud y a disfrutar!