El secreto del color en tu copa: lo que revelan los Tintos y Blancos

El secreto del color en tu copa: lo que revelan los Tintos y Blancos

Descifrando el alma líquida: ¿Qué te Dice realmente el color de un vino?

Hola, amante del vino! Aquí listos para una nueva aventura en este fascinante mundo. Hoy vamos a conversar sobre algo que ves primero, incluso antes de oler o probar: el color.

Te cuento un secreto, la tonalidad de un vino no es solo algo bonito. Es como el DNI de esa botella. Nos da pistas sobre su edad, su estilo y hasta su proceso de elaboración. Es pura información en tu copa!

🍷 Los Tintos: de púrpura juvenil a granate seductor

Cuando te sirves un tinto, mira su borde, donde el líquido toca el cristal. ¿Lo ves?

Un vino joven, recién embotellado, suele lucir colores muy vibrantes. Piensa en el púrpura intenso, casi un violeta. Esto nos grita: "¡Soy fresco y tengo mucha fruta!"

A medida que el vino tinto madura y reposa, ya sea en barrica o en la botella, esa intensidad va cambiando. El color evoluciona hacia tonos más cálidos, como el rubí profundo y finalmente, el granate o incluso toques teja o anaranjados.

Ver un borde atenuado, tirando a naranja, nos indica que estamos ante un vino con más recorrido, con unos cuantos años encima. Es una señal de que los taninos se han suavizado y sus aromas son más complejos.

🥂 Y los Blancos, ¿envejecen al revés?

En el caso de los vinos blancos, la regla es de alguna manera, inversa. Empiezan siendo pálidos y se oscurecen con el tiempo.

Un blanco fresco y vibrante, como un Sauvignon Blanc o un Albariño, tendrá un color amarillo pálido, casi transparente, con reflejos verdosos. Eso nos habla de juventud y acidez refrescante.

Pero un blanco que ha tenido un paso por barrica o que ha sido guardado por años, como algunos Chardonnay de guarda, tomará un color amarillo dorado intenso, casi ámbar. Este tono más profundo sugiere riqueza, mayor cuerpo y sabores más untuosos.

👁️ Un tip sencillo para tu próxima cata

La próxima vez que tengas una copa en la mano, inclínala ligeramente sobre un fondo blanco (una servilleta o una pared). Mira el centro, donde el color es más profundo, y luego mira el borde. Este ejercicio es clave para iniciarse en la apreciación visual del vino.

Así, sin necesidad de ser un enólogo, ya tienes una herramienta más para entender lo que tienes en la copa. Observar es el primer gran paso para disfrutar el vino a un nivel superior, como un verdadero catador.

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En Cepas Nobles, creemos que cada botella cuenta una historia, desde su aroma hasta el brillo de su color. Encuentra el vino perfecto para descifrar con tus ojos en nuestra cuidada selección. Tu próxima copa, tu próxima gran historia, te espera!

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